sábado, 29 de diciembre de 2012

DECEPCIÓN

Mi texto "Calatrava no es arquitecto", un suelto de escasa importancia, escrito como protesta y realmente en broma, en muy buena medida, o a trazos gruesos, podríamos decirlo así,  ha sido leído (o visto, no sé bien lo que esto contabiliza) por 1.615 personas. Realmente, una barbaridad, un disparate.

En cambio, el texto "Madrid río, el discutible precio de un atractivo parque",por ejemplo, en este caso un artículo bastate elaborado, metido en el blog en castellano y en inglés, ha sido visto por 159 personas.

Ello me hace reflexionar y concluir que los medios de comunicación de masas, y muy concretamente éste, parecen ser estúpidos.Y las masas, ¿más todavía?.

domingo, 23 de diciembre de 2012

HABLE BIEN EN CASTELLANO



No diga "posicionarse" ni "posicionamiento", es una cursilería moderna de políticos y periodistas, un anglicismo no deseable, por más que ahora se use tanto. No imite a los pedantes ni a los cursis, es de mal gusto. Diga "situación", "situarse", "posición" , "tomar posición", "tomar postura", "adoptar una postura", "optar", "decidirse" .

No diga "en base a", que es incorrecto, aunque tantos lo dicen. Diga "basado en".

No diga "es por esto que...", un galicismo muy feo, que es incorrecto y que por desgracia, y por motivos desconocidos, está de moda. Diga simplemente "por eso" o "por esto". Si desea ser más retórico puede decir: "por esto es por lo que..."

No diga "esclarecer" cuando lo que quiere decir simplemente es "aclarar". Reserve lo primero, más sofisticado y específico, para ocasiones realmente propias (en el sentido de iluminar, amanecer,...).
No diga "gobernanza", otra cursilería moderna de políticos y periodistas, muy reciente. Diga "gobierno" o "gobernación". Evite tonterías.

No diga "complejizar" en absoluto, pues ese verbo no existe. Diga "complicar", y si no quiere, diga "volver más complejo", o "resultar más complejo", "ganar complejidad". Muchas veces, en castellano, no pueden ahorrarse palabras. Si uno quiere hablar bien. Y no mitifique la palabra "complejo", que es idéntica a "complicado", aunque a usted no se lo parezca. "Complejizar" no existe porque la complejidad es una característica, no el objeto de una acción.

No diga "tipología" si no se refiere usted a un tratado, estudio, investigación o clasificación de tipos diversos. El sufijo "logía" significa siempre eso. Emplee la palabra "tipo" o la palabra "clase". Pero tampoco lo haga, en absoluto, si sólo se refiere a cosas concretas o a colecciones de cosas concretas. Entonces, debe referirse a ellas en forma directa. Si se habla de un conjunto de viviendas, o de plantas de viviendas, concretas, por ejemplo, hay que referirse a ellas directamente y como tales. Al referirse a las distintas unidades de vivienda, sólo se puede decir "los tipos de vivienda", si es que queremos indicar expresamente que dichas unidades representan también, tipológicamente hablando, a otras muchas, esto es, a otras que no son iguales a ellas, pero sí de su mismo tipo; es decir, de su misma disposición general. Si no, el uso de la palabra "tipo" es incorrecta, y mucho más aún el de "tipología". Y lo que vale para la arquitectura, vale para todo lo demás.
No diga "delante mío", "detrás suyo", etc. Es incorrecto, un vulgarismo. Diga "delante de mí", "detrás de él". Es muy fea esta sustitución del pronombre personal por el posesivo, aunque ahora se trate de un uso popular y regional, y no moderno.

No diga "han habido muchas huelgas esta temporada y habrán más todavía". El verbo haber es impersonal en castellano, por lo que no concuerda en número con el sujeto, aunque no es así en otros idiomas latinos peninsulares, de donde viene el error. Se dice "ha habido muchas huelgas esta temporada y habrá más todavía". "Habrá huelgas" y no "habrán huelgas", etc.

No diga "requerimientos", que es un anglicismo. Diga "requisitos", más castellano, más elegante y más breve.

No diga "pasar desapercibido". Es preferible decir "pasar inadvertido". Desapercibido quiere decir "no apercibido" de algo. Es decir, que quien no percibe es él,  la persona de quien se habla; no que no lo perciban a él, que es, sin embargo, lo que se pretende decir.

Es preferible no usar "privacidad", aunque es un anglicismo bastante antiguo ya, y muy usado. Es mejor decir, "vida privada", "cuestión privada" o "condición privada". Como ya se ha dicho, en castellano, como en otras lenguas latinas, y en muchas ocasiones en cualquiera que sea la lengua, a veces no se puede simplificar. (Ya advertía esto Sáenz de Oíza, hace tantos años, cuando se comentaba el libro de Alexander y Chermaief, "Comunidad y privacidad". Oíza, que sabía inglés, repetía siempre que debería haberse traducido como "Comunidad y vida privada").

No diga "tipos", y mucho menos "tipologías", cuando se refiere a usos o a clases de usos en arquitectura. Es una barbaridad decir "tipos" o "tipologías" cuando nos referimos al conjunto o sumatoria de usos edificatorios: viviendas, escuelas, bibliotecas, iglesias, polideportivos,.....

No utilice sistemáticamente el presente histórico. Es decir, no diga siempre "fulanito nace en León en 1953"; dé una oportunidad al lenguaje directo, esto es, al pasado: "fulanito nació en León en 1953". El presente histórico no es incorrecto, pero significa casi siempre un cierto lenguaje figurado, un punto, aunque sea leve, de retórica. O de fantasía: nos hemos ido al pasado y hablamos desde allí en presente. Ni la retórica ni la fantasía están prohibidas, en absoluto. Es más, me parecen recomendables. Pero deben de ser tanto conscientes como justificadas. Si uno quiere ser retórico es por algo. Y si uno lo es gratuitamente o sin saberlo, lo que queda es lenguaje banal. O sea, de segunda clase.

No diga "tengo en mente", o frases semejantes. Es un anglicismo inadmisible. ¿Para esto nos sirve aprender inglés? En castellano se dice y se ha dicho siempre "tengo en la cabeza". Pero incluso si admitiéramos el anglicismo habría que decir: "tengo en la mente". Nunca sin artículo, nunca.

No pronuncie (como los "gringos") México o Texas con "x". Aunque lo vea escrito con x, se pronuncia "Méjico" y "Tejas", con j. Escuche a los mexicanos y lo oirá, con una j algo aspirada. La x es una grafía antigua de la j, conservada en América. 

No diga nunca "a nivel de" si no está hablando de lo que nivel significa: alturas, físicas o figuradas, jerarquías y cosas semejantes. Esto es, de niveles reales. Si no son niveles, debe evitarse y sustituirse por "en el campo de", "en relación a", "hablando de", "teniendo en cuenta a"...., y cosas semejantes.

No sustituya partículas cortas por expresiones compuestas. No diga "en torno a" si puede decir "de"; no diga "junto a" si puede decir "con". No diga "en aras de" si puede decir "para". No diga "anteriormente a" si puede decir "antes". No diga "en la noche de ayer" si puede decir "anoche".  No diga "a la vista de" si puede decir "ante". No diga "a bordo de" si puede decir "en". No diga "en torno a" si puede decir "sobre". No diga "de acuerdo con" si puede decir "según". No diga "a través de" si puede decir "mediante". No diga "a lo largo de" si puede decir "en". No diga "de cara a" o "con vistas a" si puede decir "para". Use las preposiciones, que para eso están, son más cortas y evitará la pedantería.

No diga "como muy", "como bastante" o "como menos", "como más", y otros comos diversos. El "como" es sólo comparativo. Quítelo si no hay tal comparación. Quedarse "como muerto", por ejemplo, está bien.
"Tema": cuestión, asunto, expediente, proyecto, negocio, propósito,.... Busque la palabra buena y olvide el "tema"; no lo use sistemáticamente. 

El uso indebido del "de que" es muy feo, como es sabido, es lo que se llama un vulgarismo. Se dice "le dije que no fuera " y no "le dije de que no fuera". Y "le ordenó que no protestara" y no "le ordenó de que no protestara". La preposición "de" no debe estar si lo que viene detrás, encabezado por la conjunción "que", es un complemento directo. "¿Qué le dije?" "Que no fuera". Eso es un complemento directo. Cuando no hay complemento directo, la preposición "de" ha de estar. Por ejemplo en "Eso depende de que llegue a tiempo", o "Estoy seguro de que fue allí", que son frases correctas.

No diga "rol", galicismo pedante. Diga "papel". Y aunque decir "desempeñar o "representar" un papel es correcto, es mucho más elegante la locución tradicional de "jugar un papel".

No diga "histórico" cuando algo le parece tan importante que debería, casi, pasar a la historia. Diga "memorable", mejor y más exacto.

No diga cosas "puntuales"  o "puntualmente" cuando no se refiera a puntualidad horaria, es decir, a llegar a tiempo. El inglés "punctual"  ha de traducirse por "local", o "localmente". También puede ser "parcial", "concreto", o "limitado a".  

Existe "ilegal", pero no "ilegalizar". El diccionario ha admitido "deslegalizar".

"Reiniciar", mala palabra, se ha impuesto con los ordenadores. El inicio es sólo el inicio, y por lo tanto un segundo intento  ya no es el inicio, ya no puede serlo. Siga usted con "reiniciar" en los ordenadores, para no tener problemas prácticos, pero en lo demás use "reanudar". Por favor.

"Obsolescente" y "obsolescencia" son neologismos anglicistas de uso casi inevitable, porque tienen difícil o larga sustitución en castellano. "Obsoleto", sin embargo, ya no es así,  y aunque no es incorrecto, puede ser evitado (siempre para orillar la pedantería) pues puede sustituirse por "desusado", "en desuso", "anticuado", "envejecido", "arcaico", "viejo", "vetusto", "pasado de moda", "trasnochado", "rancio"....

"Praxis" existe desde siempre, pero en su uso resulta casi imposible evitar la cursilería y la pedantería. Sólo puede tener uso lógico en el lenguaje técnico de la filosofía y de la política. Si no está en eso, diga, simplemente, "práctica".

Decir "de motu propio" es una pedantería y, además, un error. Es mejor decir "espontáneamente". Pero si uno se empeña en emplear el latinajo hay que decir "motu proprio" Fíjense bien, sin "de" y "proprio", con dos erres.

No emplee usted nunca, jamás, por más que la moda prosiga adelante, el uso de exclamaciones o interrogaciones sólo al final. Es estúpido y no puede disfrazarse de comodidad. El castellano es el único idioma con estos signos al principio y al final, lo que es estupendo, y no puede renunciarse a ello por más fuerte que sea la anglofilia o la presunción de modernidad. 

"Nominar", en castellano, quiere decir "dar nombre", no proclamar candidatos. Proclamar candidatos se dice "designar" o "elegir". El equívoco viene del verbo inglés "to nominate", aunque no sólo significa eso.

"Adolecer" es tener el defecto que se cita, no el contrario. "Adolece de pereza" es tener pereza, no tener falta de ella. Adolecer es algo así como dolerse de algo. Y, por lo tanto, se duele uno de lo malo, no de lo bueno. Es decir "adolecer" es tener algo malo, aquello que se dice. No es carecer de algo.

No debe decirse "esponsorizar", bárbaro anglicismo, sino "patrocinar".

No diga "concretizar", sino "concretar"; no diga "culpabilizar", sino "culpar"; No diga "optimizar", sino "optimar"; no diga "priorizar", sino "dar prioridad". Y así otros.

No diga ni escriba "coexión". Es "cohesión".

Se dice "el águila", "el agua" o "el área; pero se dice también "esta águila", "esta agua" y "esta área". El artículo cambia el género delante de ha o a, acentuadas, pero no el pronombre demostrativo, que permanece en femenino.

Puede decirse tanto "tutoría" como "tutela", pero nada más. "Tutorizar", sin embargo, es bastante feo, y, probablemente, incorrecto. Es mejor "tutelar".

No se debe confundir "señalar" con "señalizar". Señalar es hacer o producir una señal; señalizar es poner señales.

No emplee el infinitivo si lo que quiere es emplear el imperativo. No diga , o escriba: "Callar" o "cerrar", si lo que quiere decir es "callad" o "cerrad". Y, en los letreros imperativos, no trate de tú a los desconocidos y anónimos destinatarios. En el letrero "Cerrar esta puerta" hay dos faltas, el infinitivo y el tú. Lo correcto es escribir: "Cierren esta puerta, por favor".

No trate a la gente desconocida de tú, ni verbalmente ni por escrito. No crea que el tú es más moderno, agradable o de confianza. Ahora se usa incluso como algo publicitario. Pero el tú es muchísimas veces una falta de respeto. Todo el mundo tiene derecho al usted, sobre todo los inferiores en edad o jerarquía. En las ordenanzas militares, incluso figura "dar el usted" como obligación del mando.

No diga "preveer", sino "prever", si lo que quiere decir es ver por anticipado, adelantarse a lo que ocurrirá. El error viene del verbo "proveer", completamente distinto, pues significa dotar de provisión, satisfacer las necesidades.

No diga "llevar la razón", sino "tener la razón", o "tener razón", que es más correcto.

No diga "bajo mi punto de vista", o "bajo el punto de vista de...", sino "desde mi punto de vista". Los puntos de vista tienen un origen, pero no están bajo nada.

No diga "el sector del ladrillo", como los políticos y los periodistas. Evite las cursilerías y tonterías al uso y gane precisión. El "sector del ladrillo" sería, estrictamente hablando, el sector de la industria de materiales cerámicos para la construcción, por lo que no debería emplearse como metáfora, supuestamente expresiva o graciosa, para referirse a dicho sector de la construcción, o al inmobiliario. Porque, "el ladrillo" ¿se refiere a la industria de la construcción, al negocio inmobiliario o a los dos juntos? Pues son tres cosas distintas. A lo mejor no estaría mal precisar de qué se habla. 

No diga "quinceavo" o "onceavo" si lo que quiere decir es "décimo quinto" o "undécimo". La terminación en "avo" se refiere sólo a fracciones. Un "quinceavo" es la resultante de algo dividido en quince. Si no recuerda, no sabe el ordinal correcto, o éste no existe, diga "el puesto 15", "el orden 15" o "el lugar 15". De hecho, no hay nombres para ordinales de cantidades grandes, por lo que en esos casos sólo pueden usarse expresiones como "el puesto 253".  

No diga cosas como "por culpa de una lesión no podrá jugar". Esto es, no emplee "por culpa de" en vez "a causa de", que es, probablemente, lo que quiere decir. Asigne culpas cuando haya culpas y causas cuando se trate de causas.

 No diga cosas como "no se puede partir de la premisa de que vaya a trabajar".  Eso no es una premisa (término demasiado filosófico para ser coloquial), sino, como mucho, un "supuesto".








jueves, 13 de diciembre de 2012

CALATRAVA NO ES ARQUITECTO, TENGA O NO EL TÍTULO

Los arquitectos tenemos muchos defectos, pero no es uno de ellos el de ser compañeros de Santiago Calatrava. Calatrava no es arquitecto, es ingeniero de caminos. Como se puso a hacer puentes cursis y edificios malos y disparatados, alguien, tan equivocadamente como rozando lo delictivo, le dio el título de arquitecto, pero no lo es. Nunca ha cursado nuestra carrera, en ninguna parte.

Pero, entiéndanme, no hablo te títulos. Calatrava no es arquitecto aunque tenga el título, aunque tuviera 2, aunque lo tuviera por Harvard (Harvard, ¿es buena Escuela?), aunque tenga, realmente, todos los que quiera. No es arquitecto como tantos que también tienen el título, pero que no lo son, en realidad, pues no llegan a saber hacer arquitectura, ni con interés, y ni siquiera con corrección. Su mentalidad es la de un ingeniero. Y los ingenieros no entienden la disciplina arquitectónica, conceptual y precisa, funcional y constructiva, y tantas veces austera y plásticamente limitada, hecha de composiciones contenidas y refinadas, pero casi siempre sin espectacularidad ninguna. Cuando los ingenieros pretenden hacer arquitectura la confunden con algo simplemente plástico, con algo próximo a la escultura, arte que pasan a practicar, supuestamente, y sin mediación alguna, a despecho de la escala, y aprovechando la expresividad que se le puede dar a la estructura resistente, aunque esta expresividad pudiera estar fuera de lugar, como tantas veces lo está. Y así los ingenieros-escultores, como Calatrava, muy pocas veces aciertan en sus exacerbaciones plásticas. Casi siempre llegan a la cursilería y a la forma sin sentido, a la arbitrariedad sin interés, al formalismo vacío.

Al ver los edificios de Calatrava (ya incluso llamarles edificios es mucho decir) todo esto resulta bien claro, no sabe hacerlos. El Museo de la ciencia de Valencia es de una gran torpeza, una equivocada disposición lineal a la que no sabe encontrar el buen remate por sus extremos, y que tiene una luz libre interior muy grande que, naturalmente, no sirve para nada, pues el edificio y su uso no necesitan la diafanidad. Brilla en él, como si fueran oropeles, una estructura supuestamente "orgánica", al servicio de cuya plasticidad, ni siquiera conseguida, todo se ha subordinado. El teatro de la Ópera ( o lo que sea ese maldito bodrio) es una broma muy pesada; está bien próximo al delito, no ya económico y político, que eso está bien claro, sino arquitectónico y técnico. Da mucha pereza comentarlo, y no voy a hacerlo, pues por sí mismo se critica. Quien haya hecho eso y quien lo ha ya promovido no debería tener otro sitio que la cárcel y el exilio.

Por eso, sin duda, el tal Calatrava se ha exiliado a Suiza. Hay quien se lamenta, porque haya ganado el dinero aquí y se vaya a Suiza con sus impuestos. Pero ¿quién obligó a contratar a Calatrava? ¿quién obligó a pagarle honorarios abusivos por edificos equivocados? ¿quien obligó a pagarle millones de euros por el presunto proyecto de unas torres que no pasan de unos croquis malos y unas maquetas, y cosas así? (¿Quien cobró sabrosas comisiones de todos estos honorarios? No sé si esto es verdad, pero tiene toda la pinta). Sería bastante interesante saber quienes fueron las fantásticas autoridades que encargaron estas cosas y, probablemente, se pringaron con ellas. Por parte valenciana, imagino que sería el inefable Camps y su gobierno.

Pero hizo también una picia monstruosa en Oviedo, un supuesto Palacio de Congresos, que se cayó incluso durante la obra, y este responsable tiene nombre y apellido: se llama Gabino de Lorenzo, muchos años siniestro alcalde de la ciudad, el peor que ha habido en el mundo en ninguna parte (si excluimos a Gallardón, por supuesto), naturalmente del PP, y hoy premiada su maravillosa y límpida gestión con el puesto de Delegado del Gobierno en Asturias. ¡Vivir para ver!

Pero es que Calatrava es suizo, o es como si lo fuera. Es decir, es del hipócrita país que presume de tantas cosas buenas, de una política limpia, pero que se funda con solidez en la protección y el ocultamiento del delito económico sistemático, del dinero negro, y de todo lo que bien sabemos. No empezará una nueva vida en Europa y en el mundo sin reducir Suiza a cenizas. Así acabábamos por fin con Calatrava, ingeniero, valenciano y suizo. A ver quien da más.


P.S.
1.- En los comentarios había alguien que dijo que, según Wikipedia (malísima fuente) estudió arquitectura en Valencia de 1969 a 1973. Pero da la casualidad que para estudiar arquitectura se tarda más años, luego no estudió. Y no critico que se pase de presupuesto ni que se contrate a dedo. Lo que critico es que sus edificios son malísimos: que no sabe hacer arquitectura. Y que los políticos y promotores diversos son suficientemente ignorantes y horteras para creer que sus infectos bodrios son buenos. Si tiene el título o no, me trae sin cuidado.

2.- Resulta bastante curioso que el título "Calatrava no es arquitecto" haya atraído en 5 días a más de 800 lectores, y con muchos comentarios (bastante de ellos malísimos, por lo que los he borrado todos. Perdón por los que no eran absurdos o impertinentes). 

P.S. 2
Unos cuantos días más y ¡1350! pollos y pollitas han leido esta nota. Vengo comprobando en este blog que el personal se tira a por cosas independientemente de su valor. Algunos escritos que yo considero interesantes, y que he metido aquí, casi nadie les ha hecho ni caso. Ahora pongo esta nota sobre Calatrava, y basta decir que no es arquitecto y alguna cosa más, semi-gruesa, para que piquen todos como si fueran tencas.

En cuanto a los comentarios, más de la mitad han sido impertinentes e incluso con insultos bastante gruesos, algunos dándoselas de ingeniosos, y casi todos intentando herirme. Por eso los he ido borrando en su mayoría. Pero, mi querido público, si no les gusto no me lean, y ya está. Y contengan sus expresiones, sobre todo si son anónimas, que es lo que suelen ser. (Sólo respetaré, quizá, los comentarios que tengan identificación inequívoca).

Claro, algunos han quedado decepcionados, pues les hubiera gustado que yo hubiera hecho un artículo más crítico, inteligente e ingenioso, al gusto de ellos. Lo siento mucho, pero en parte lo he hecho, y, además, no me dedico mucho a los temas que no me interesan. Y si hubiera hecho eso de forma sistemática, seguro que se lo leían muchos menos.

P.S. 3
1.- Y, en cualquier caso, ¡Ojo de pato no se rinde!:
 Declaro y juro que:
                               CALATRAVA NO ES ARQUITECTO
                               CALATRAVA NO ES ARQUITECTO
                               CALATRAVA NO ES ARQUITECTO
                               (TENGA EL TÍTULO, O NO)

Y si realmente tuviera el título, digo que:

                               SEGURO QUE APROBÓ TODO COPIANDO
                               SEGURO QUE PRESENTABA PROYECTOS HECHOS POR UNA ACADEMIA
                               VALENCIA ¿ES UN COLADERO?

Y los políticos que le encargaron las obras eran tontos y de derechas, valga la redundancia, (incluso aquellos que eran de izquierdas).

2.- Propongo finalmente derribar todas las obras de Calatrava, por suscripción popular. (Esta petición se une a la ya hecha por mí en este mismo blog para derribar la Almudena y la Sagrada Familia. Por cierto que la Sagrada Familia no es otra cosa que la madre de Calatrava).

miércoles, 5 de diciembre de 2012

LEÍDO EN "MONGOLIA", revista que recomiendo

Brevísimo: Leído en "Mongolia", revista que recomiendo:

"¡Uf! ¡Qué mal huele! Alguien se ha tirado un wert....."

martes, 4 de diciembre de 2012

RAJOY + WERT = FRANCO

Rajoy y Wert, los dos juntos, son como Franco; o, mejor dicho, como son dos, son como Franco y la Carmen Polo. Rajoy, que es más femenino, es más bien como Franco; y Wert, que es más masculino (no mucho) es como la Carmen Polo.

Lo cierto es que entre los dos emulan al franquismo con total eficacia. Ya no vivimos la democracia, en realidad, sino una suerte de sucedáneo que, a pasos agigantados, está llegando con suma rapidez a los mismos comportamientos y contenidos que la dictadura militar. Una dictadura que, al menos, tenía cierta claridad y se podía luchar contra ella.

Habría que investigar, pero estoy casi seguro de que todos, o casi todos, los ministros de Educación (Nacional) del franquismo eran catedráticos de Universidad. Y también todos, o casi todos, durante los gobiernos de Suárez. Desde luego, todos, absolutamente todos, durante los gobiernos de González y de Rodríguez Zapatero.

Sólo con el PP (Asnar y Rajoy) los ministros de Educación (¿de qué?) no son ni han sido ni catedráticos ni profesores ni expertos en enseñanza. Fue ministro de Educación el propio Rajoy, de profesión registrador de la propiedad en excedencia y con el registro de Santa Pola arrendado, y también lo fue la inefable Espe Guirre, de profesión desconocida, y acerca de la que hay quien dice que incluso sabe leer.

Ahora lo es el también inefable Wert, ni profesor, ni nada parecido a nada de la enseñanza. A este especimen le basta con ser de extrema derecha. El otro día, por la TV, salía diciendo que los de no se qué manifestación eran extremistas. Yo le hubiera preguntado: "¡Oiga! El extremismo ¿está prohibido?" Y tanto si me hubiera contestado que sí como que no, le hubiera aclarado: "Pues usted ándese con mucho ojo, ya que es de extrema derecha".

El caso es que el gran Wert, en funciones de campeón, anda doblegando él solito a los catalanes, obligándoles a que den la clase en castellano, y que todos los padres tengan derecho a pedirlo, y, si no, la administración regional tiene que facilitarles un colegio privado que lo resuelva. Esto es lo que dice, al parecer, la última ley que el inefable va a presentar al gobierno y luego al parlamente. ¡Hay que ver las vueltas que tienen que dar algunos para conseguir desviar los dineros a primos, cuñados y amigos!

También, el muy desgraciado, va a quitar la asignatura de Ediucación para la ciudadanía, aprovechando que ya no hay conflictos con ella y que ha sido examinada y declarada constitucional. Pues ni el PP ni la Iglesia quieren que se eduque las virtudes ciudadanas, no sea que se hagan demócratas y empieceb a incordiar. Ellos lo que quieren son borregos sumisos, que piensen lo menos posible y que sean así capaces de creer en las mentiras de la derecha (y de otros, que no recordaré)..

Personalmente, declaro al tal Wert, persona non grata para mí, y dedicaré lo que pueda de mi tiempo y energías a combatirle y a hacerle la puñeta. Tengo algunos otros así y quizá ya no voy a dar abasto, pero he de decir, en todo caso, que el que avisa no es traidor y que Ojo de Pato ni se rinde ni se rendirá..

domingo, 2 de diciembre de 2012

LA MISERIA DE LA RAZÓN, de Antonio Elorza ("El País", 1-12-12)

Vivimos tiempos que, más que difíciles, son tristes. Me da lástima la gente joven, pues no podrá evitar casi nada, sobre todo porque apenas se dan cuenta de las cosas.

Pero, creo que mejor que yo se expresa Antonio Elorza, por lo que vuelvo a transcribir uno de sus artículos cortos de "El País", el aparecido ayer sábado 1 de diciembre (en homenaje a impacientes le quito los 2 primeros párrafos):

"Al intentar la lectura de la imagen goyesca, pensé que lo de los pelos de punta reflejaba nuestra situación actual, en espera de la reforma universitaria. No hace falta sino repasar la comisión de los "11 sabios", a punto de consumar un auténtico regreso tecnocrático al pasado. Actitud lógica en algunos de sus miembros, sin duda competentes en sus áreas, pero que arrastran una trayectoria de conservadurismo y autoritarismo acorde con la línea política del ministro Wert y del Gobierno. Viene aquí a cuento el episodio de los debates electorales de 2008 comentados en Telemadrid, donde yo aprecié ventaja de Zapatero, mientras otro participante optaba por Rajoy. Al salir, me dijo: "No tiene remedio. Este Rajoy es un carca, de los pies a la cabeza. Más tisiste que una perecebeira de la ría de Pontevedra". En clave de humnor, el retrato es ajustado, pero conviene añadir que ese aire trsitón y dubitativo le viene muy bien al presidente para encubrir una acción de gobierno mediante la cual, al amparo de la crisis, sus ministros y gobernantes autonómicos están llevando a cabo una verdadera contrarreforma.

En primer plano del escenario, Gallardón y la sanidad. El primero, con decretos que del regreso de la cadena perpetua a las delirantes tasas y al regresivo proyecto de ley sobre el aborto, muestran un absoluto desprecio hacia una ciudadanía angustiada, así como una mentalidad preconstitucional. De la sanidad pública poco hay que decir: erosión constante. A favor de los recortes, transferencia de un recurso público fundamental a los interesas privados, sin garantía alguna de mejor gestión económica. [.....]

Otro tanto sucede en educación, donde a la sombra de los 11 sabios, de los cuales varios lo son -pensemos en los profesores Garicano o Azcárraga, entre otros-, se anuncia una caricatura del sistema americano, unida a la generalización de la miseria. El PP ya puso la primera piedra de este edificio antes de 2004 con el establecimiento de la ANECA, una Agencia de Evaluación que respondía a su técnica de controlar aspectos fundamentales de la gestión de un servicio público desde un organismo privado, que el gobierno a su vez controla, utilizando recursos procedentes de lo público. [....]

La gobernanza prevista para las universidades públicas sigue esa lógica. Las privadas, aunque sean de los Legionarios de Cristo, no son problema. Para la pública, fuera autonomía. Al parecer, todas las designaciones de órganos de gestión dependerán de los consejos sociales, donde supuestamente residirá la objetividad, es decir, los intereses que el poder público decida priorizar. La reforma de la universidad pública deviene destrucción de la autonomía universitaria, neofranquismo falsamente made in USA, imponiendo la lógica del mercado al profesorado en los términos habituales del PP: despidos que traerán luego la felicidad. El estrangulamiento económico se convierte en agente propiciador del proceso. Nada de una ley de financiación universitaria, como propone entre otros el rectos de la UCM, ni contención en la subida de tasas que elimina estudiantes fuera de los happy few y sofoca a los estudios de posgrado. En la visión del ministro Wert, un despotismo no ilustrado intentará hacer de la miseria virtud y progreso en los conocimientos. Imposible tarea. Aunque sin duda rentable.


sábado, 6 de octubre de 2012

CATALUÑA, DEMOCRACIA ACLAMATIVA, de Antonio Elorza

Por su interés, reproduzco el artículo del título, publicado en el periódico "El País" el 6 de octubre de 2012:

"Resultó útil comprobar que dos episodios del pasado coincidían en su significación, al ver que Rubert de Ventós, exsenador socialista, era el primero en saludar a Artur Mas en la plaza de Sant Jaume, cuando éste volvía triunfante de su entrevista con Rajoy en Madrid. Coincidimos como ponentes en la Universidad de Columbus, 12 años atrás, y me sorprendió que en lugar de ofrecer informaciones concretas sobre la política catalana, Rubert repitiese una y otra vez que Cataluña quería esto y lo otro, siempre para marcar la ruptura con España. Le pregunté al final bajo que forma se le aparecía Cataluña por las noches para manifestarle esos deseos, que entonces no coincidían en absoluto con los datos disponibles. Más tarde, tuve una vez a Artur Mas como contertulio en Cuatro, y de nuevo el entonces opositor predicaba todo como si fuera el medium de un espíritu superior, Cataluña. Esta vez le subrayé, para gran enfado de otro paricipante con sentido de la autoridad, Ernesto Ekaizer, que Cataluña era políticamente plural, y que, por favor, precisase quién respaldaba sus declaraciones".

"Porque si admitimos que por encima de la sociedad y de la política catalana existe esa Cataluña enteriza, capaz de trasmitir sus intenciones y voluntades a alguien, ahora el presidente Mas, con el respaldo de un movimiento de masas, los supuestos del pluralismo y de la vida democrática se desvanecen. Entramos de lleno en otra concepción de las relaciones y de las normas políticas, que además encuentra unos desagradables antecedentes fácticos y doctrinales en el ascenso de los nacionalismos autoritarios en el primer tercio del siglo XX, cuyo exponente retórico fuera Carl Schmitt".

"Aquí Mas tiene la virtud de la claridad. De entrada, es buen discípulo, no acepta el marco normativo de la Constitución para llevar adelante su propósito, salvo si aquél se inclina en todo ante sus planteamientos. En su mente y en su estrategia, la secesión es ya un hecho irreversible: al acudir a la reunión de los presidentes no va a Madrid, va "a España". En virtud de la legitimidad surgida de la movilización del 11-S, Mas no encabeza una institución autonómica que deriva su autoridad de la Constitución y del Estatuto. Ambos pasan a ser meras plataformas de un liderazgo carismático cuya misión es materializar la voluntad de independencia de un sujeto, fruto de una historia mítica, "los mil años de Cataluña": el Pueblo Catalán. Este ya habló en la Diada y ahora, en una secuencia ininterrumpida, ha de lograr la confirmación de su mensaje en las urnas, una vez ahormada la sociedad catalana. Por eso los no independentistas no deben de ser tenidos en cuenta para el proceso, salvo como obstáculos a remover".

"El partido del domingo será la ocasión para escenificar esa exigencia de unanimidad hacia Cataluña y Europa.Con otro contenido ideológico, en la senyera colectiva del Camp Nou, como otrora en Nüremberg, no caben opositores ni disidentes. Lógica consecuencia: las elecciones no deben reflejar una composición política plural, han de olvidar los fracasos del gobierno de CiU y limitarse a responder a la cuestión esencial de la autodetermnación para la independencia. Son, pues, elecciones plebiscitarias, destinadas a confirmar el respaldo de masas a la resolución del presidente. La normativa vigente no cuenta de cara a la realización del proyecto en curso -aunque posiblemente Mas dispinga de algún as en la manga en Estrasburgo-, ya que la relación se invierte y el orden legal es producto exclusivo de la decisión del líder ("haremos la consulta con la ley o contra ella"). El líder define además su papel en términos soteriológicos: una vez salvada Cataluña, él abandonará el poder".

"No tenemos delante una democracia representativa, sino la democracia aclamativa de Schmitt, donde el voto es puesto al servicio de la aclamación del Pueblo, encargada de rubricar la decisión del Líder carsmático. Para confirmarlo, como en otros procesos de nacionalización forzosa, entra en escena la visión maniquea propia del totalismo o totalitarismo horizontal. Se trata de imponer la homogneidad política de una sociedad por un sector de la misma, a partir de la distinción entre puros (independentistas) e impuros (españolistas), en torno a un estandarte sagrado (Cataluña, "la nació"), impulsando la conversión del otro (ejemplo PSC) o su marginación política y cultural definitiva. Instrumento: el monopolio del espacio público y de la comunicación a favor del efecto mayoría y de las sanciones implícitas pero efectivas al resistente".

"De nada valen ensayos para juegos florales apelando a la concordia. En Cataluña hoy el problema no es de independencia, sino de democracia".

jueves, 20 de septiembre de 2012

MADRID RÍO: EL DISCUTIBLE PRECIO DE UN ATRACTIVO PARQUE

                                                                                                                                              
1.
Desde hace muy poco tiempo, la ciudad de Madrid tiene un nuevo, grande, y espléndido parque, desarrollado a lo largo de varios kilómetros en la ribera del río Manzanares. Ello ha significado un importante cambio en la naturaleza misma del centro de la capital. Pero este cambio no ha de verse en modo independiente, sino, por el contrario, como resultado de una discutible operación de ingeniería: la transformación en subterránea de una autovía urbana, la llamada M-30, cuyo enterramiento ha ofrecido la oportunidad de la creación de este nuevo parque, al tiempo que obligaba a que la administración municipal se sumergiera también, con ella, en la deuda económica más grande de todos los tiempos y de todos los municipios del globo. Resulta, pues, muy difícil opinar sobre si la operación ha merecido, o no, la pena.
El río de Madrid, el Manzanares, presenta una alta, importante y atractiva cornisa geográfica al paso de la capital, pero como tal río es muy pequeño, le falta caudal; se le llamó desde antiguo, un “aprendiz de río”. Encima de la poderosa cornisa nació la ciudad, en tiempos de la dominación islámica, y durante mucho tiempo fue ésta, como si con el mar lindara, el límite natural de la población, que creció sobre todo hacia el Este y el Norte. El inicial castillo islámico fue sustituido por el “Alcázar” del Rey en tiempos de la dinastía de la casa de Austria y, después del incendio de éste, y ya con la dinastía de los Borbón, en el Palacio Real que hoy se conserva, muy probablemente el mejor del mundo, con una colocación paisajística espectacular. Bajo él y hacia el río se desarrolla el jardín llamado el “Campo del Moro”, relacionado desde hace tiempo con la “Casa de Campo”, al otro lado de la corriente, antes finca Real y hoy el mejor y más grande parque de la ciudad.
Finalmente, y ya en el siglo XX, el desarrollo de la capital cruzó el río y absorbió las antiguas poblaciones situadas al otro lado. El río se convirtió en urbano, pero con un lado central y con otro de suburbio. Algunos puentes monumentales (el de Segovia y el de Toledo, sobre todo) habían aspirado desde antiguo a disimular la condición precaria de la corriente y a disfrazarla de metropolitana, sin conseguirlo del todo. También en el siglo XX se hizo una operación muy atractiva, la construcción en el medio del río de la piscina “La isla”, un edificio racionalista del arquitecto Luis Gutiérrez Soto, realizado en los años 30, y que, desafortunadamente, se derribó en los 50. Durante el régimen dictatorial franquista el río se canalizó y se le dotó de esclusas para la navegación, aunque no fue completamente depurado del vertido de las aguas fecales hasta los años de la democracia.
Al final del régimen dictatorial se inició una operación que no se acabaría hasta el principio de los años 80, la construcción de una autovía de circunvalación de la ciudad (la llamada “M-30”), que debía transcurrir por la vaguada del Arroyo Abroñigal, de Este a Oeste, y paralela a la “Ciudad Lineal” de Arturo Soria, y en la ribera del río Manzanares, de Norte a Sur. Como esta autovía, vieja idea del franquismo, se construyó tan tarde, ya no era una vía de circunvalación, sino una autovía urbana, interior a la ciudad. Por ello, con muy buen sentido y ya en la democracia, el cierre del anillo de la misma se hizo con una gran calle urbana, la “Avenida de la Ilustración”.
Que la M-30 a lo largo del río no era un bien (sobre todo para los vecinos de la zona) no cabe ninguna duda. Pero que la solución no era mantenerla y enterrarla, tampoco. Y no sólo por el precio económico, de por sí muy significativo, pues mantendrá endeudada a la siniestra administración de la ciudad durante décadas. Sobre todo porque la buena solución pasaba obligadamente por aceptar la desaparición de este tramo de la autovía, al menos tal y como era, y pensar sensatamente en cual pudiera ser su substitución.
La substitución pudiera ser la nada: hacer desaparecer sin más este tramo del anillo de tránsito y obligar a que éste se autorregulara, contribuyendo así a la disminución de la importancia del tránsito de vehículos particulares por el centro de la ciudad, una de sus plagas más importantes. Quizá hacer, cuando más, que en la superficie existiera una calle urbana normal y corriente, como las tienen París, Londres o Roma,  y dedicar lo demás a espacio libre. Pero la ciudad estaba lejos de tener un gobierno inteligente, y esta solución, la mejor, no fue ni siquiera tenida en cuenta. Ni enunciada por nadie en forma pública.
Otra solución hubiera sido extender a la zona de la ribera del Manzanares la misma idea realizada en la “Avenida de la Ilustración”. Es decir, sustituir este tramo de la autovía por una vía de tránsito, de menor capacidad, desde luego, aunque muy grande, ajardinada y mixta: una vía parque, con tránsito de coches y de peatones, una vía urbana por excelencia.  Esta solución, aunque no era la mejor, hubiera sido una opción moderada y “centrista”, que hubiera dado un poco de lo suyo a todos y cada uno. Y podría haber quedado paisajística y urbanamente bien, a poco que se hubiera cuidado su diseño.
Pero se trataba de hacer un negocio disfrazando a una disparatada opción ingenieril de solución urbana: transformar la “M-30” en una vía subterránea y convertir así toda la superficie en espacio libre. Una solución aparentemente mágica, que todo lo resuelve como por encantamiento, pero que se dirige sin dudarlo al objetivo prioritario. No será quien escribe el que crea que el gobierno de la ciudad participó en este gran negocio, en colaboración con los ingenieros y empresas que lo idearon y realizaron. Pero sí se piensa aquí, desde luego, que el objetivo no era el de mejorar la ciudad, sino el de desviar ingentes cantidades de dinero público hacia bolsillos privados. 
Así, pues, no se enterró la autovía para lograr un gran parque, sino que se ofreció un gran parque como señuelo que permitía, que parecía exigir, enterrar la autovía. Por ello el parque lineal del Manzanares, al que se ha bautizado como “Madrid Río”, ha nacido, como el hombre judeo-cristiano, de un pecado original. Explicado sintéticamente éste, vayamos hacia aquél.

2.
La enorme superficie y extremada longitud del nuevo parque es lo que llama más poderosamente la atención en un primer momento, y ello se considera muy importante, pues este dato cuantitativo se ha transformado, sin más, en cualitativo. Es precisamente la enorme magnitud de la operación lo que le da un valor excepcional, pues, unida a su situación estratégica, la convierte en una muy atractiva y positiva transformación urbana.
En segundo lugar, llama la atención lo que parece una excesiva acumulación de episodios formales y figurativos. ¿Eran verdaderamente necesarios? Bien es verdad que probablemente haya habido en la realización del parque una serie de episodios y de incidencias (con pocas dudas debidos muchos de ellos a las instalaciones y, naturalmente, a las notables servidumbres del “infernus” ingenieril) que expliquen en alguna medida la sucesión de singularidades que el parque exhibe, pues es demasiado “pintoresco”, diríamos, como si una cierta obsesión de variedad lo hubiera dominado todo. Y, claro es, que hay también algunas importantes servidumbres de lo que podríamos llamar el programa: juegos de niños, gimnasia para adultos, instalaciones playeras, etc., etc., cosas todas ellas que explican, en alguna medida, la discontinuidad y la variedad que en modo tan destacado se hace presente.
Pero, ¿quizá hay también, todavía, una cierta nostalgia del “jardín inglés”, del viejo pintoresquismo británico? Se diría que así es, o que así parece. Todo el trazado es, pues, más barroco que tranquilo, haciéndose notar, y no acompaña siempre a la presencia del río. Aunque ha de aclararse que el producto final no deja de ser cualificado y que resuelve dichas incidencias con brillantez y soltura. Pues quien escribe, aunque no participa de la intención demasiado formal del parque, reconoce, no obstante, su alta calidad de diseño.
Pues podría haber habido en el “Madrid Río”, tal vez, una característica británica diferente, más atractiva, si bien en tierras castellanas más difícil de lo que hubiera sido, por ejemplo, en las regiones cantábricas. En Londres, por lo general y por ejemplo, los parques no son otra cosa que territorios simples de suelo verde y de arbolado, quizá con algún lago o estanque. No son más que grandes y sencillas extensiones verdes. Cierto es que, en Madrid, hacer un prado no hubiera sido del todo posible, y que el evitar perseguirlo es precisamente uno de los valores del parque. No hay césped, cosa exótica y difícil de mantener en Madrid, aunque en muchas otras ocasiones haya habido tanto empeño en ello. Hacer una jardinería castellana, “de secano” y sistemática, con bello resultado, es uno de los grandes aciertos del parque que creo objeto de alta valoración. Y su condición sistemática logra a veces que se produzca la continuidad y la monotonía que de un parque, como de la naturaleza, se espera.
La ingenua supervivencia de lo que en décadas pasadas fueron las “folies” (palabra que hoy habría que sustituir ya, y sin más por la de “tonterías”) ha sido llevada a cabo por los nuevos puentes, peatonales, que cruzan el Manzanares. Estos puentes, con sus banalidades formales, contribuyen en muy buena medida a la impresión de excesivo pintoresquismo y de diseño sobrante que el parque trasmite.
El mejor puente es el que no se ve, el “oblicuo”, transformación de un viejo viaducto. De entre los que se ven, el mejor es el que tiene su planta en forma de “Y”, pues su imagen es (casi) técnica y sencilla. La “folie” está constituida fundamentalmente por la formalista y exagerada pasarela proyectada por Dominque Perrault (¿por qué se consideró oportuna la actuación de este francés, no siempre cualificado, aunque algunos así lo crean? Misterios de la administración municipal), que se ve mucho, y que da al conjunto una imagen frívola e inadecuada, aunque no dudo de que será popular.  Y  dos “folies” son también las dos pasarelas “lámina”, gemelas y a la altura del viejo matadero, aunque la solución aquí es más técnica y atractiva, si bien no exenta de pretensiones formales y de lucimiento de la imagen. Los arquitectos metidos a ingenieros, y los ingenieros mismos, son muy frecuentemente formalistas cuando hacen puentes, y se convierten en escultores banales. Esto es, sin saber quedarse en la moderación y la elegancia que tiene la buena arquitectura. Por ejemplo, la que puede verse en los tres puentes históricos, el del Rey, el de Toledo y el de Segovia.
Creo que lo mejor del parque son los detalles de su construcción y diseño, que es donde se nota más la excelente contribución de sus arquitectos proyectistas, Burgos y Garrido (y los de su equipo). Por ejemplo, en los bordillos de piedra que separan los caminos de las plantaciones, que son absolutamente sistemáticos,  y que se conservan idénticos de concepto y hasta de forma cuando han de cambiar por razones físicas, y convertirse en otras cosas, como bancos. Lo mismo ocurre con las pequeñas y grandes construcciones auxiliares  y con las superficies verticales, resueltas siempre con la bella y acertada solución de piedra granítica. O, en general, con los suelos y con los diferentes remates. La acertada y bella concepción de todos estos detalles, y su continuidad a lo largo de toda la actuación, me parece lo más logrado y meritorio de esta gran realización, aunque sea lo que la mayoría no va a saber observar.

3.  
La equivocada continuidad en la vieja creencia en las soluciones ingenieriles del tránsito de vehículos privados, y la facilidad para la permanencia abusiva de éste, ha creado en Madrid una enorme deuda económica y un gran parque. Creo muy firmemente que resulta bastante más nociva para la ciudad la continuidad absurda de la citada creencia que la deuda en sí misma. Y que hacer caso al punto de vista único que parecen seguir teniendo los ingenieros españoles será siempre muy negativo, y políticamente del todo incorrecto. Consolémonos por ahora con la presencia del parque, atractiva coartada de un notable error urbano.




MADRID RÍO: THE DUBIOUS COST OF AN ATTRACTIVE PARK                                                                
1.
The city of Madrid has very recently developed a big and magnificent new park that stretches for some miles along the Manzanares riverbank. Despite being an important alteration of the city center in its very essence, this change cannot be considered on its own; quite on the contrary, it is the result of a dubious engineering scheme, namely the subterranean transformation of an urban highway. Burying the M-30 offered the opportunity to create the new park –but it also buried municipal authorities under the biggest debt, both in its whole history and of all cities across the globe. To judge whether the operation was worth the debt is a delicate matter.
The riverbank catches the eye in its pass through Madrid, with a very steep and impressive profile. However, the river itself is very small and lacks volume of flow – from old times it was called ‘apprentice river’. The city was erected on the steep riverbank by the Moors, and for a long time this was the natural border of the settlement, as if it were the coast. Madrid grew mostly to the North and to the East. The first Islamic stronghold was replaced under the Austrian dynasty with the King’s ‘Alcázar’, and when it took fire the Bourbons built the currently preserved Royal Palace (probably the best in the whole world) in a spectacular location. A garden called ‘Campo del Moro’ extends below the palace and towards the river. Casa de Campo, Madrid’s biggest park and formerly a royal property, is to be found at the other side of the water in strong connection with Campo del Moro.
Finally, in the 20th Century city developments crossed the river and merged with older towns located on the other side. The river was now an urban environment with suburbs on one side and the old city center on the other. Some monumental bridges, particularly the Segovia and the Toledo bridges, were designed with the aesthetic scope of removing the stream’s mediocrity by means of a metropolitan disguise, but the success of these enterprises was partial. Also in that period, a very interesting project was built: the public swimming pool ‘The Island’, a rationalistic building from the thirties by architect Luis Gutiérrez Soto which was to be sadly demolished during the fifties. Under Franco’s dictatorship the river was channelized, and locks for navigation were added. However, democracy arrived before the waste in the water flow was treated.
An operation started in the last years of Franco’s regime which would only come to term in the early eighties: the construction of a loop freeway for the whole city, the so-called M-30, which was designed along the course of the Abroñigal brook on the east-west axis, parallel to Arturo Soria’s Ciudad Lineal, and following the Manzanare’s riverbank on the North-South axis. However, the old franquist idea was built so late that the freeway never was an external loop, but rather an internal, urban way.  A sensible decision in democratic times was to close the ring by means of a large urban avenue, ‘Avenida de la Ilustración’.
There is no dispute that the location of the M-30 parallel to the river never was a nice solution –especially to the neighbouring families; but there is also no doubt that preserving the freeway by having it buried was a bad idea. Not just because of economic expense, which has been very significant and will strain the sinister local authorities under debt for decades. Above all, a good answer would have to rethink the city without that sector of the freeway as it had been until that moment, and conceive a sensible replacement.
The replacement could have been an act of simple erasure: to remove that sector of the ring and trust self-regulation of the traffic, thus contributing to the decrease of private vehicles in the center –one of the city’s worst plagues. This first option might just have needed a regular urban street in the city surface, as is the case in Paris, London or Rome –the remaining area could have been declared for recreational use. However, the city was far from having an intelligent administration, and this optimal solution was not even taken into account by anybody. Or ever publicly formulated.
A different solution was to repeat the ‘Avenida de la Ilustración’ idea in the riverbank. Namely, to replace the freeway with a different road. A smaller road, of course, but also very large, a mixed road with a park, vehicles and pedestrians, an excellent urban way. This solution was not the best, but it would have represented a moderate and ‘centrist’ option with the power of providing partial satisfaction for everybody.  Also, with but little design, urban and landscape aesthetics would have been more than satisfactory.
In any case, it seems that the strategy was to make big money disguising an insane engineering operation with the appearance of civic urbanism. To transform the M-30 in a subterranean freeway –and emancipate the whole surface in an apparently magical solution that solves the problem with a spell, but is no doubt aimed at the big priority of profit. The author of this article does not believe that the city government took part in this big business, together with the engineers and companies that designed and developed the operation.  But he is absolutely certain that the primary objective, rather than to improve the city, was to channel very large sums of public funds into private accounts.
And so then, rather than burying the freeway to get a great park, the park was offered as the decoy that not only allowed but even seemed to demand the burial of the freeway. As such the lineal park along the Manzanares, ‘Madrid Río’, has been born, like Jew and Christian men, under the original sin. Having explained the latter, let us focus on the park itself.

2.
The huge surface and enormous length of the new park are its two most striking features at a first glance. Moreover, this quantitative data has been turned into qualitative value: indeed, the dimension and strategic position of the park make it a very attractive and positive transformation of the city.
The visitor is stroke on a more relented glance by an apparently excessive addition of formal and figurative elements. Were they really necessary? It is true that the construction of the park must very probably had confronted a number of situations, of which a considerable number must have been due to the facilities and other peculiarities of the engineering infernus just below. This explains to some extent the constant parade of singularities in the park, its obsession with variety and the picturesque. It is also evident that recreational purposes also act as a powerful condition by adding playgrounds, gym equipment for adults, beach resemblances, and so on. They all contribute to explain the obvious discontinuity and variety of the whole.
Over these rather material justifications, is there not however a nostalgic remnant of the English garden, of the old British picturesqueness? So it is, or so it seems at least. The whole layout is thus more baroque than it is relaxing. It always stands out, and it does not always keep good company to the river. However, the final product does not lack quality, solves the mentioned situations brilliantly and in an agile manner. I do not conform to the too formal intention of the park, but I can’t deny the excellence of its design.
Madrid Río could have featured a different British condition, and a more attractive one –even though more difficult on Castilian land than it would have been, for example, in any of the North-Atlantic Spanish regions, like the Basque Country or Asturias. For instance, London parks usually are nothing more than simple fields of green terrain and trees, accompanied by a lake or pond here and there. Quite simply, they are just large unsophisticated green areas. True, in Madrid a green lawn is impossible or, to say the least, unsustainable, and to refrain from it counts among the wiser features of the park. In spite of past obsessions and efforts there are no greens, as they are exotic, costly and of difficult maintenance in the Spanish capital. To create Castilian gardening systematically designed for dry land with beautiful results is one of the biggest achievements, and one that deserves high appraisal. Sometimes the systematic approach even conveys the sense of continuity and changelessness which is to be expected of a park, as it is of nature.
Naif survival of past decade folies (a word which should be replaced, immediately and with no nuances, with stupidities) are the pedestrian bridges over the Manzanares. These bridges and their formal banalities greatly contribute to the impression of excessive picturesque and superfluous design produced by the park as a whole.
The best bridge is oblique, cannot be seen, and is the transformation of an old structure. From those that can be seen, the best has a Y-shaped top-view and presents an almost technical and simple image. The main folie is a formalist and excessive platform designed by Dominique Perrault (the question of why the French architect was chosen makes us wander in the mists of local administration, as his qualities, in spite of what some people may think, are quite dubious). His bridge is very apparent, and stains the whole with a frivolous and inappropriate image, although it no doubt will turn into a popular piece of Madrid’s visual identity. Another two folies are the twin foil platforms in the vicinity of the old slaughterhouse. Although the solution is not deprived of formal and visual ambition, it is also more technical and attractive than Perrault’s. Architects working as engineers, as much as engineers themselves, are very frequently formalist bridge designers, and this condition turns them into banal sculptors, unaware of the essential moderation and elegance of good architecture that can be seen in the three historical bridges: Puente del Rey, Puente de Toledo and Puente de Segovia.

I believe the best quality of the park lies in the details of its construction and design, which manifest the excellent contribution of the architect designers, Burgos & Garrido (and their team). Stone curbs, for example, which separate walk paths and gardens, are absolutely systematic and preserve identical concept and shape even when they are forced to change and turn into objects, such as benches. The same happens to small and medium facilities and to vertical walls, always solved with the beauty and soberness of granite stone. Or, in general, to pavements and the different layout details in frames and finishings. The gorgeous and inspired design of all these details, and their continuity throughout the entire park are the best deserving and admirable aspects of the project ­­–although they surely won’t be sufficiently perceived by the great majority.
3.  
The outrageos old faith in engineering wits against traffic lives on, easy and abusive. In Madrid, it has generated an overwhelming debt and a large beautiful park. I believe the survival of this pseudorational belief does in itself more harm to the city than the debt, and that following the vision of Spanish engineers with folded eyes will always be very negative and lead to completely incorrect policies. Let us find comfort in the beauty of the park, eloquent alibi to a gruesome urban failure.


4


martes, 4 de septiembre de 2012

"LA ARQUITECTURA COMO ARTE IMPURO", mi nuevo libro

Acaba de salir mi último libro, "La Arquitectura como arte impuro", publicado por la Fundación Caja de Arquitectos, que ha hecho una bella e impecable edición. Para quien hubiera leido mi artículo del mismo nombre en el primer número de la revista "Iluminaciones", y le hubiera gustado, y, sobre todo, para quien no lo hubiera leído, este libro creo que será tan interesante como entretenido.

El libro arranca de la consideración de que la arquitectura, al tener que satisfacer tantos requisitos (función, construcción, belleza, lugar, carácter,...), no puede resolverlo realmente, por lo que ha de acudir a la paradoja y a la contradicción para dar salida al asunto, o si no, al olvido de algunos requisitos y el privilegio de otros.

Un paseo por la historia de la arquitectura, de los griegos a la etapa contemporánea, trata de ilustrar el distinto modo en que se producen estas respuestas de los arquitectos, como han resuelto sus dificultades. El amplio pero ágil recorrido pretende obtener principios importantes e interesantes, que afectan al entendimiento de la disciplina arquitectónica y al reconocimiento de su difícil y complicada naturaleza.

Tiene un prefacio de Luis M. Mansilla y Emilio Tuñón y es el último escrito del primero. 

Como siempre, no les pido que lo compren, sino que lo lean.

Gracias.

miércoles, 29 de agosto de 2012

LA EVALUACIÓN DE LAS UNIVERSIDADES. Carta abierta a todos y especialmente al ministro de Educación

Machaconamente, los periódicos españoles y, muy frecuentemente, El País, se hacen eco de un baremo acerca de las universidades del mundo, por lo visto realizado en la universidad Jiao Tong (?) de Sanghái, y que, también machaconamente, realza universidades tópicas, estadounidenses y británicas, demostrando que entre las 100, o 200, primeras no hay ninguna española, cuestión que es, morbosamente, lo que parece interesar siempre a los periodistas de aquí.
Pero este baremo no es otra cosa que publicidad engañosa bien clara, destinada a sobrevalorar algunas universidades estadounidenses y británicas, sobre todo, para conseguir una clientela extranjera, más que nada en lo que hace a los cursos de posgrado llamados “Master”, por existir en potencia clientes internacionales capaces de desembolsar las escandalosas cantidades que se solicitan por las matrículas de unos cursos en realidad convencionales y de prestigio alimentado precisamente por esta propaganda. No es otra cosa, pues, que una publicidad comercial, construida con mentiras, y de notable éxito, si juzgamos, al menos, por el que tiene en nuestro país. Aquí la prensa se dedica a hacerles (supongo que gratis) el caldo gordo.
La calidad de una universidad no puede medirse por la investigación a secas, y muchísimo menos por aquélla de la que sean un principal indicio los premios Nobel, o de las llamadas medallas Fields, y cosas semejantes. ¿Qué tiene que ver que un científico obtenga el premio Nobel con la calidad de alguna universidad que le tenga más o menos apuntado entre su personal? Es evidente que la relación es muy débil, pero además ¿es que acaso los premios Nobel son de fiar? ¿No ocurrirá quizá con la ciencia lo mismo que pasa con la literatura? La mayoría de los premios Nobel de literatura son escritores relativamente buenos, desde luego, pero como muchos otros, y ninguno genial, pues a esos no se les da nunca el premio. A mucho, mucho tirar podemos llegar a Cela o a Vargas Llosa. Recuerdo bien a un entendido en literatura,  ya desaparecido, que afirmaba que obtener el premio Nobel era la definitiva confirmación de mediocridad para un escritor, y repasando la lista lo demostraba en buena medida.
Pero, las demás especialidades ¿son mejores? Y en el premio Nobel ¿no hay influencias, deformaciones, ideologías, intereses creados, mediocridades exitosas, etc., etc,?  En arquitectura –mi especialidad- no hay premios Nobel, pero, periodísticamente hablando, se consideran como tales los Pritzker. En el listado de estos premios hay algunos arquitectos realmente muy buenos –como son Siza Vieira o Moneo, no muchos más-, pues la mayoría son mediocridades más o menos brillantes, o bien, y simplemente, falsos valores. Y las influencias y maniobras para obtenerlos tan deshonestas como abundantes. Me alegraría que el Nobel fuera otra cosa. ¿Lo es?
De todos modos, la universidad es algo donde se combina la investigación y la enseñanza, y su protagonista no es aquélla, sino esta última. Lo importante de una universidad es si verdaderamente sabe enseñar bien a todos, de lo que se deducirá que también investiga. Los desconocidos de Shangai, ¿qué saben realmente acerca de la enseñanza, cuyas matrículas son sus fines? ¿cómo obtienen la información? Y ¿qué información obtienen? ¿Quién ha acordado con ellos que lo que ellos opinan es lo que tiene valor? La universidad de Harvard, la de Stanford, la de Cambridge ¿enseñan realmente bien? Porque, en mi especialidad, tanto Harvard como Cambridge son más mediocres que Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, y, también, que bastantes otras de España. Ya que una universidad completa ¿cómo se mide? La mediocridad de Arquitectura de Cambridge ¿no penaliza el resto? ¿Por qué se miden las universidades de forma unitaria si ellas no son unitarias?
Y la investigación ¿cómo se mide? ¿por las publicaciones indexadas? Tengo mucha experiencia tanto en investigación como en su evaluación, y sé bien que para medir la de arquitectura hay muchos conflictos y dificultades,  y ocurrirá sin duda con muchos otros campos. Y que, en general, la evaluación de la investigación no es muy posible, no puede ser muy afinada. Hacerlo mediante baremos supuestamente objetivos –como es lo de los premios Nobel, y cosas semejantes- no supone otra cosa que la sacralización de un engaño. Es sabido como investigadores, instituciones y universidades se dirigen en buena medida, no a mejorar su investigación, sino a realizarla para obtener mejores resultados en las baremaciones oficiales.
Pero en el artículo de El País de esta vez  -17/08/12, el periódico es machacón, como se ha dicho- se da paso a la opinión de Wert, el ministro, que es uno de los que ha sentado ese cargo sin haber sido profesor ni tener verdadera experiencia sobre educación. Dice –siempre según el periódico-  que entre los males de los campus españoles están “el sistema de selección y acreditación del profesorado”. Lo primero que hay que añadir con respecto a esto es  que no es verdad que sea un mal, pues es bastante eficaz y justo, todo lo que puede serlo, en realidad, de lo que doy fe con la amplia experiencia que me ha concedido ya la edad. Y lo segundo es que todo depende de su ministerio, estimado “jefe”. ¿Va usted a cambiar de nuevo un sistema que ya ha sufrido otros dos cambios muy importantes, sobre todo el más reciente, desde la Ley de Reforma Universitaria de 1984? Y el suyo, si lo hace ¿va a ser mejor? ¿Por qué?
También, y en un rasgo de originalidad, el ministro cita la famosa “endogamia”, demostrando con su uso que su opinión viene de la prensa y de sectores sociales que no conocen la universidad y que no saben que su funcionamiento es mejor que el de casi todos los otros sectores sociales. Así que hay “endogamia” en la universidad. Admitiendo una palabra poco adecuada, por ser una mala metáfora, ¿no la hay en la función pública, en la empresa privada, en el sector bancario, en el periodismo…? ¿Tampoco la hay en Harvard, en Cambrigde, en Sanghái, en los premios Nobel, en las medallas Fields…? ¿No se está llamando “endogamia” a que los profesores tengan discípulos? En las Escuelas de Arquitectura lo que se llama endogamia –favorecer para los puestos a personas cercanas, amistades, en general, que lo merecen menos que otros-, no es mayor, y muy probablemente sea bastante menor, que en el resto de la sociedad, y no creo que en los demás campos sea muy distinto, aunque no lo sé. El ministro va a resolver las cosas con el uso de los tópicos. ¡Qué bien, vivir para ver!
También habla de “la poca responsabilidad o corresponsabilidad entre resultados científicos y sistema de remuneración”. Esto, estimado “jefe”, también depende de su ministerio. No sé si es poca o no, pero existe, y  si usted la cambia tendremos que echarnos las manos a la cabeza, pues ni es usted experto, ni tiene, que sepamos, expertos afines en los que podamos confiar. Y, por cierto ¿cómo no cita los resultados docentes y educativos, la idoneidad profesional de los graduados, y otras cosas así de raras? Parece usted de Sanghái.  Por otro lado, poner en duda  la importancia de las retribuciones por investigación, que introdujo el ministro Solana hace ya más de 25 años, y que han funcionado bien, huele a chamusquina. ¿No las dulcificará para que sean menos serias y más abundantes? Esperemos que lo que haga sea que tengan mayor valor.
Por último –siempre según la prensa- habla de “el sistema de gobernanza” (esto, ¿no era “gobierno” o ”gobernación”?). Es éste el señalado por las leyes, y es democrático desde 1984, es decir, desde la LRU. ¿La va a cambiar, el señor ministro? ¿Va a pasar a ser a dedo, como en la dictadura y en las universidades privadas? ¿A dedo de quién? Y si no ¿qué sabios intermedios se tienen previstos?  Pues resultan difíciles de imaginar. ¿Señalarán el triunfo de las ideas de la derecha sobre lo que ustedes piensan como demagogia izquierdista del último cuarto de siglo? En cualquier caso, no creo en absoluto en el hecho de que quienes sean los cargos académicos, o las normas por las que actúen, vaya a cambiar nada sustancial de las universidades españolas.
Yo que usted, señor ministro –y si me lo permite-, echaba mis barbas a remojar, y, coherentemente con la ideología conservadora que se le supone, buscaría conservar, al menos, la calidad actual de las universidades españolas públicas, que es bastante grande; enormemente grande, incluso, si se ve en relación a sus escasos recursos e instalaciones y a sus magros sueldos. Buscando, desde luego, mejorarlas. Pero, por supuesto, cuidando muchísimo no empeorarlas. Son frágiles. Y busque también como hacerles una buena propaganda, la propaganda que se merecen, y tanto en España como fuera de aquí, sobre todo.
Porque de las ínclitas universidades privadas hablaremos otro día.