domingo, 3 de enero de 2010

El Papa, Benedicto XVI, piensa en canonizar a otro Papa, Pío XII. ¿No se han fijado en que muchísimos santos son curas y frailes, obispos y papas? ¡Qué caradura! ¡Se canonizan entre ellos! Pero hacerlo entre Papas es el colmo de la jeta, es ya como decir al siguiente, o al otro, ¡canoníceme, usted! Es la costumbre... Además, Pío XII era un Papa dudoso, por el asunto de los judíos y por su discutida nunciatura en la Alemania nazi. Hacerle santo no es otra cosa que ser un imprudente, dedicarse a armar lío. Además era un soberbio, no hay más que mirar sus imágenes. Pero a lo mejor es que han quitado la soberbia como el más nefasto pecado, el pecado contra el Espíritu Santo. Porque, después de tanto dogma, todo lo cambian, El mejor lugar que había inventado la iglesia, el Limbo, donde no se siente ni padece, ahora resulta que lo han cerrado, no sí por falta de personal. O ¿es que nunca había existido? ¡Qué poca seriedad!

1 comentario:

  1. Es verdad: el limbo lo cierran, el infierno es de quita y pon... Eso sí, el cielo debe de seguir siendo de los santos Benedicto, Pío y sus coadjutores.

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