martes, 10 de julio de 2012

HAGA COMO YO, NO SE META EN POLÍTICA

El del título era un consejo del enano del Pardo, cuando usurpaba la jefatura del Estado después de haber sido uno de los asesinos más sanguinarios del siglo XX, sino el mayor. No se meta usted en política, reclame la dictadura, ¿no ve lo bien que funciona?.

Esto parecen pedir ahora, en España, todos aquellos que claman contra los políticos (ministros, diputados, concejales, lo que sea). Dicen que en España hay 445.000 políticos y que en Alemania hay 300.000 menos. Y algunos han llegado a decir que estaría muy bien que gobernaran los empresarios (¡!) y hasta Vicente del Bosque.

Vayamos por partes. Los empresarios españoles, como los de cualquier parte, lo único que saben hacer es ganar dinero para ellos mismos, si es que saben, pues muchos de ellos quiebran o venden sus empresas a la primera de cambio. Son, en general (verdaderamente ¿habrá excepciones?) defraudadores sistemáticos de Hacienda, militantes de extrema derecha (¡perdón!, liberales, quiero decir) y semi analfabetos. No hace falta seguir, aunque se podría seguir mucho. Si gobernaran los empresarios, yo me iría del país.

La cifra de políticos en España es errónea, o, al memos es evidentemente errónea la diferencia de 300.000 con Alemania, son ganas de mentir. España y Alemania son al respecto países parecidos, pues ambos son de estructura federal. Esto es, tienen gobierno central, parlamento central, senado, gobiernos regionales, parlamentos regionales y ayuntamientos. Lo único que tiene España de más frente a Alemania es eso de las Diputaciones provinciales, que ya no existe en algunas provincias, pero en otras sí. Y puede que el número de comunidades Autónomas sea mayor que el de los Land y también mayor el número de Ayuntamientos. Pero esas diferencias no pueden dar nunca una cifra como 300.000, que uno estudió matemáticas.

Ahora, bien, podría calcularse: Jefe de Estado, Presidente del Gobierno y ministros, subsecretarios y secretarios de Estado, directores generales y.... nada más, en el gobierno central. Luego, los diputados y senadores. Y en las Autonomías, lo mismo: Presidente, Consejeros, Vice-Consejeros, directores generales y Diputados. Hay que añadir los Delegados y sub-delegados del Gobierno, los presidentes de las diputaciones y los diputados provinciales. Después, y para acabar, los alcaldes y concejales. No hay más políticos. La misma cuenta que en Alemania, excepto lo de las Diputaciones provinciales.

Porque los miembros de las instituciones no pueden considerarse políticos, ¿o sí? Es decir, los miembros del Tribunal de Cuentas, Consejo de Estado y Tribunal Constitucional. A mi entender, no lo son, pero instituciones parecidas habrá en Alemania, quizá más, o sea que tanto da.

Pero hay españoles que echan cuentas de otro modo. Es decir, que consideran políticos a los sindicalistas, que no lo son, o a los cargos universitarios, que tampoco lo son. Los sindicalistas no pertenecen a la política, y además también los hay en Alemania, aunque parezca mentira. En el partido nazi, y en el falangista, los sindicalistas eran políticos, porque estaban nombrados y sostenidos por el poder, y los demás estaban prohibidos. ¿Quizá hay quien sueñe con aquellos tiempos?

Los cargos universitarios (rectores, vice-rectores, decanos y directores, ...) no son cargos politicos, sino de gestión universitaria. Los profesores de universidades públicas son funcionarios, pero sus cargos se eligen democráticamente y de modo interno, y trabajan en la universidad, no en la política. (Los cargos de las universidades privadas, como éstas son empresas, se nombran a dedo por los propietarios). Pero cargos universitarios también hay en Alemania. Así que la gran diferencia entre los dos países no se sabe de donde sale. Se trata, simplemente de una mentira.

(Por cierto, y como sabroso aparte: Alemania, el país perfecto, necesita Ingenieros y Arquitectos, y los ha pedido a los países imperfectos, España, Italia, Portugal y hasta ¡Grecia! O sea, Alemania no sabe llevar adelante sus universidades, al menos del todo bien, y le faltan técnicos. Los técnicos españoles -ingenieros y arquitectos- son estupendos, mucho mejores que los alemanes, y aunque los italianos, portugueses y griegos no son tan buenos como los españoles, es evidente por su petición que los alemanes saben que son tan buenos o mejores que los suyos. ¡Vivir para ver!)

Es una mentira interesada, de un lado, e ignorante, de otro. Pero está directamente emparentada con la opinión del enano del Pardo: "haga como yo, no se meta en política". La desconfianza de la politica es tipica de la extrema derecha y de las tentaciones fascistas. El mundo está muy codificado, queridos amigos, ya lo sabemos todo.

Es evidente que, en España, deberían de suprimir de una vez las Diputaciones provinciales (es el PP quien no quiere) y disminuir los Ayuntamientos (esto parece que sí quieren; esperemos sentados a que lo hagan), aunque los ayuntamientos pequeños apenas gastan, ni los alcaldes ni los concejales cobran. Y que habrá cargos políticos que pueden, e incluso deben, suprimirse. El Senado, no; está pendiente de convertirse en la cámara de las regiones (¿no saben que hay Senado en Alemania?). Y en Berlin harán bien en pensar lo que les sobra y, también, lo que les falta. Por ejemplo, además de algunos cargos, les sobra mucha soberbia y mucha cara dura, también mucha demagogia, y les falta, además de otros cargos, mucho sentido común y mucho sentido de la realidad. Están a punto de destruir Europa por tercera vez, en ésta sin necesidad de inventar el nazismo. Pero esta vez no lo perdonaremos.

Y los de aquí, ya saben, pues a buscar un general que de un golpe de Estado. Hay mucha práctica sobre eso. Y ha dado siempre un resultado excelente: los supervivientes, todos derechitos, en fila, y a pasar hambre. Eso sí, sin preocupaciones politicas.

LAS VEGAS EN ESPAÑA: FERLOSIO CONTRA GUIRRE

Rafael Sánchez Ferlosio, una de las inteligencias españolas más notables, escribe en El País (9-07-2012) el texto "Luz de Neón", dedicado a la pretensión de establecer en España un nuevo "Las Vegas". Con lucidez, Ferlosio aclara que Las Vegas está donde está, en el desierto, porque nadie, en Estados Unidos quería tener eso a su lado. Lo aceptaron, al fin, en el Estado de Nevada, pero en el desierto. Por eso los impresentables estadounidenses lo intentaron primero en los Monegros, se exiliaban ellos mismos al desierto.

Luego se dieron cuenta que España está llena de imbéciles y de sinverguenzas, y ya picaron más alto: al lado de Madrid o al lado de Barcelona. Con fría perspicacia de gánsters pidieron además baratura de suelo, exenciones de impuestos, supresión de leyes. Pero los políticos españoles (concretemos: los indeseables políticos peperos de la Comunidad de Madrid y los no menos indeseables políticos de CiU de la Generalitat de Cataluña) lo han aceptado más o menos todo, tal y como si estuviera dentro de sus competencias, y se han encontrado, al final, que el becerro de oro es de hojalata: los gánsters piden ahora incluso financiación: ¡Ja! Vivir para ver.

Tengo de esa bazofia de Las Vegas la misma idea que los puritanos estadounidenses: una cueva de ladrones. El juego no hace tanto que en España estaba prohibido. Si finalmente esto llega a España, espero que vaya, al menos, a Barcelona, ciudad mucho más corrupta que Madrid, y donde se las pelan por tenerlo. Pero espero que finalmento no se les acepte en ningún sitio.

Y, si no, el que avisa no es traidor: lucharé con todas mis fuerzas, mi tiempo y mi dinero, contra los políticos que lo hayan aceptado, a quien consideraré como lo que son, como delincuentes, y buscaré asociación con otras gentes e instituciones para ser más fuerte y pedir justicia. Esto es, pedir que den con sus huesos en la cárcel por haber permitido semejante bazofia al lado de una gran ciudad, inocente de sus maniobras, saltándose leyes en favor de gánsters (y poniendo, naturalmente, el cazo por detrás). Repito que el que avisa no es traidor. Si veo que, consumado el delito, nadie inicia el asunto, lo iniciaré yo mismo.

Para terminar, reproducir las sabias y sabrosas palabras de Ferlosio, glosando la figura de la presunta señora Espe Guirre:

"En fin, tampoco deja de ser un tanto vergonzoso que una señora tal vez un bocadinho de mais pagada de sí misma, pero con tan patriótico orgullo de acendrada españolez como para querer hacer de los toros patrimonio de la humanidad, no pueda resistir ver agitarse ante sus ojos un cheque de seis ceros sin sentirse dispuesta a entregarse y entregar Madrid y España entera a un millonario americano."